Manuel Sobreviela. Certamen de Artes Plásticas de Orense

Hasta el 25 de octubre, en el emblemático Centro Cultural Marcos Valcárcel de Orense podrás visitar la exposición de los premios y seleccionados del XIII Certamen de Artes Plásticas de la Diputación de Orense en la que participa el antiguo alumno del Master Manuel Sobreviela con una de las obras pertenecientes a su trabajo PHOTO-GRAPHY.

Sobre esta muestra escribe Mercedes Rozas:
Desde las primeras vanguardias de siglo XX no es posible hablar ya de una ley universal de la belleza, el arte, desde entonces, se fue liberando de dependencias, incluida aquella que responsabilizaba el sentido común del gusto como la única vía de aceptación de la creación artística. El filósofo francés Marc Jiménez nos recuerda que "el mundo, sus tensiones, sus conflictos y sus desórdenes irrumpen en el arte contemporáneo y, de algún modo, lo hacen", la creación, pues acaba siendo siempre hija de su tiempo, condicionante que modela los discursos de los autores rompiendo con los mismos limites que la realidad se empeña en evidenciar. No existe una sola línea, los caminos y las apreciaciones pueden ser, afortunadamente, muchos.

El Certamen de Artes Plásticas de la Diputación de Ourense es un buen ejemplo de la metabolización que afecta a los artistas más jóvenes. Los autores y autoras, a través de un mecanismo de diálogo con el elemento cotidiano, el pretexto identitario o el vasto espacio globalizado, toman posiciones para sus argumentos, avalados estos por la multiplicidad de modelos que con todo el tipo de fuentes, procedimientos, estilos, soportes... reiteran a su vez la hibridación de conceptos que rige la plástica de hoy.

Como ocurre en cualquier concurso artístico abierto a todo tipo de ejercicios, también aquí el jurado se encontró con alguna que otra tautología acomodaticia que poco o nada aporta a la visión del contemporáneo. Con todo, el nivel de las obras presentadas revela la compleja visualidad de la experiencia estética actual, llena de interesantes y frescos encuentros, incisivos en la plasticidad de los objetos, poéticos en las gradaciones y transparencias pictóricas, sin complejos a la hora de recurrir a las formas figurativas o solícitas con todo tipo de técnicas digitales. De este modo se muestran los enfoques personales, en ocasiones disonantes y críticos con el poder, reafirmando criterios políticos y sociales, revalorizando el papel de la mujer, en definitiva, ajustando cuentas con el mundo que les tocó vivir, pero, en cualquier caso, siempre dispuestos a la reflexión, buscando construir sensaciones y, sobre todo, recuperar sueños.

No hay un nexo común entre los artistas de esta exposición. La pluralidad marca el conjunto con militancias tan diversas, conceptual y formalmente, que imposibilita la relación en cuatro líneas. Ni siquiera hay un acuerdo en cuanto a la utilización de materiales, que van desde el pelo sintético, la silicona y el punto de cruz hasta la serigrafía, fotografía, impresión digital o el acrílico. Quizá, el único vínculo posible entre ellos sea, justamente, la falta de un denominador común. Cada uno se desarrolla en su propio ámbito con sus "tensiones, conflictos y desórdenes" particulares. Los vasos comunicantes llevan exclusivamente a demandar la empatía con el espectador. Que no es poco.