ÍNDICES (2017- ACT)

Este proyecto nace de una voluntad interdisciplinar, obra de una persona que siempre ha entendido el mundo del arte como un conjunto, sin separar ni establecer límites o levantar barreras insalvables entre sus distintos campos (teatro, cine, fotografía, ...); por ello, considero significativo el término hibridación: como método y como territorio, y ,por lo tanto, desde esta premisa debe entenderse, considerarse, el trabajo. 

Del mismo modo, el tema del cuerpo, el campo de la tragedia, la idea de ocultación y desenmascaramiento , lo carnal, la masculinidad/ feminidad, la frustración y la pulsión sexual siempre van de la mano a la hora de crear. 

La máscara y el desenmascaramiento, entendiendo esta dicotomía como el paso de lo oculto, de lo que permanece íntimo, a su mostrar/ser mostrado más explícito, no se hace al precio de prescindir de un estilo, de una estética que me gustaría calificar de romántica, puesto que entiendo por romanticismo, precisamente, esa fecundación mutua del mostrar y el ocultar (mostrar guardando, guardar mostrando). 

“Índices” se crea a partir de imágenes que beben de esos conceptos, conceptos aprendidos y adquiridos durante mis años de estudiante de Bellas Artes ( Salamanca 2011/2015) y asentados en mi ser fotográfico los dos años que siguieron al fin de la carrera, en los cuales estudié un Máster en Artes Escénicas ( Complutense 2015/2016) y un Curso de Fotografía Profesional ( EFTI 2016/2017). 

Como ejemplo de alguno de mis referentes plásticos, citaría a Mapplethorpe, Joseph Beuys, Rebeca Horn y Chema Madoz, a los que, audiovisualmente, se les añadió el teatro de Tadeusz Kantor y Federico García Lorca (sus textos y distintas representaciones contemporáneas como El Público de Rigola o La Novia de Paula Ortíz), el cine de Paul Morrissey y las performances de Jan Fabre, entre otros. 

Con toda esta mochila cultural empecé este proyecto, sin olvidar su componente más importante, el que se refiere a mi esencia, emociones, vivencias e intenciones. 

Un mismo cuerpo desnudo de mujer sobre el que se proyectan una serie de sombras, de objetos cotidianos que indican y señalan los recovecos y formas del cuerpo. Las hendiduras y rugosidades de la piel. Una bofetada estética que denuncia la objetualización de la mujer, el machismo, los presupuestos y deberes que se le suponen al género desde la ironía y el doble sentido. Imágenes placenteras que albergan dolor, silencio y sentimiento de vacío y frustración. 

Un grito mudo, ahogado, una proyección hiriente, una serie de “Índices” que señalan un pacto social, cultural, que fue injustamente establecido y se mantiene hasta nuestros días como un yugo que se nos coloca, por falsa definición, a las mujeres. Un yugo, como la sombra, superpuesto y, a la vez, interiorizado, definidor; una piel, por el contrario, que, en su desnudez y su dulce crudeza, se reivindica como lugar donde el oprobio o el estigma no lo abarca todo; no abarca, sobre todo, la posibilidad del reconfigurarse. Pero es esta una posibilidad en claroscuro.