ALUMNOS
Retratos de calle
Me aconsejaron observar y curioseo por la rutina. Una pequeña cámara forma parte de mi desordenado universo del bolso. Un día cualquiera surgió un rostro, cubierto de arena y piedras, tirado al lado de un contenedor. Acudí, sintiendo que me pedía ser rescatado del abandono. Y como si activase el mecanismo de una puerta espectral, todos los cuerpos y rostros de esta serie fueron apareciendo de camino a algún lado, acompañando mi vida automática, como fantasmas.
Me inquieta pensar que todos a mi alrededor los miran como yo, pero no los ven. No intervengo en su colocación. No salgo en su búsqueda. Soy culpable de verlos y sacarlos del anonimato del suelo, de la basura, de las ganas de olvidar, de la publicidad que ya no anuncia nada, antes de que se desvanezcan para siempre.