Egoitz Encinas González

CURSO PROFESIONAL DE FOTOGRAFÍA


Nazco en Madrid en 1988 y ya desde muy pequeño quedo embargado con el mundo de la imagen, siendo la estética de las películas del director Tim Burton el mayor atractivo visual para mí. Durante mi infancia hay mucho cine en casa, incluido el cine del Hollywood de los años 60 y 70, con esos colores tan característicos de la industria Technicolor e incluso cine en blanco y negro, algo que me marcará en adelante como referente estético creativo, con películas como “El Tercer Hombre”.

Aún siendo niño, conozco la revista National Geographic y por entonces empieza mi curiosidad por el mundo de la naturaleza, la información científica y las culturas de los pueblos de otros lugares del mundo y a través de las imágenes publicadas en esta revista comienza mi verdadero interés por la fotografía, por la imagen estética y todo lo que ella representa. En esta época comienza “Al Filo de lo Imposible”, de la 2 de RTVE, que me abre a un mundo desconocido por entonces para mí, que es la montaña, algo que me acompañará ya siempre.

A un paso de la adolescencia me regalan mi primera cámara, una compacta de carrete y descubro la belleza de capturar un momento para siempre, la emoción de llevar el carrete a revelar, esperar, volver unos días después a recogerlo y llegar a casa para ver qué ha salido. Unos años después tengo la suerte de tener mi primera cámara digital, también una compacta, con la que empiezo a experimentar y comprender cómo crear y componer a través de la fotografía, jugar con las luces y los espacios.

Con la llegada de internet empiezo a buscar a los fotógrafos de esas imágenes que llevaba viendo muchos años y descubro a Robert Capa, Eugene Smith, Steve McCurry, Dorothea Lange, Paul Strand, Saul Leiter, Elliot Erwit o Annie Leibovitz entre otros muchos. Posiblemente, un fotógrafo de quien he tenido mucha influencia sea Ansel Adams, con su trabajo en los parques nacionales de Estados Unidos, por su relación con la naturaleza y la fotografía en blanco y negro.

Con la mayoría de edad me compro mi primera réflex y decido estudiar fotografía por mi cuenta, ayudado de libros y manuales de fotografía que comienzan a invadir mi habitación. A partir de entonces la fotografía ha pasado a formar parte de mi vida de manera permanente, a través de un consumo de imágenes insaciable, buscando cada día nuevos fotógrafos o imágenes icónicas, aprendiendo de ello y tratando de reproducir las imágenes que más me llegaban en mis propias fotografías.
Durante la pandemia de la CoVID- 19, con ayuda de YouTube, intenté llevar un paso más allá mi propia fotografía, algo que logré solo en parte, así que entonces decidí que debía formarme como fotógrafo a través de una escuela y con ayuda de profesores que pudieran ayudarme, me aconsejaran y resolvieran todas aquellas dudas que yo sólo no era capaz de resolver. Tardé más tiempo de lo deseado, pero finalmente me decidí y me matriculé en la escuela EFTI.

Cuando me asignan un acto que cubrir, antes de poder ir a ver el espacio en persona, trato de saber, a través de la web del local si la tiene, cómo es el lugar y si hay fotos de eventos anteriores; en caso de que no haya web propia, busco a través de internet fotos relacionadas con el espacio y los actos que haya habido en él.
El día de trabajo me gusta llegar antes de la hora propuesta para poder ver la sala y así estudiar el espacio, poder hablar con el técnico de sala para que me explique el tipo de luces que se van a utilizar a lo largo de la representación y pactar los distintos lugares que puedo ocupar durante el programa.

Para mí, también es importante llegar pronto para conocer a los actores, presentarme y de esta manera tratar de formar parte de ellos durante la actuación. Estar antes de que todo comience a cambiar me da la oportunidad de hacer las fotos del making off, siendo las mejores tomas las de camerino, con su revuelo y expresiones extrañas durante el maquillaje, fotos de grupo y conversaciones entre actores.
A lo largo de la representación trato de que ningún momento pase de largo, ya que una foto puede dar contexto a la siguiente o simplemente un instante que no parece atractivo en la toma, en la revisión de imágenes puede ser relevante. También trato de moverme a lo largo de la sala siempre que puedo o al menos moverme por los lugares designados, para así tener distintas perspectivas de la escena, de los actores y realizar tomas generales y primeros planos.

Una vez que llego a casa, procuro realizar distintas copias y nunca formatear la tarjeta hasta no haber enviado el trabajo. En el momento en que puedo sentarme detenidamente delante de todas las fotos, empiezo a hacer un primer filtrado de imágenes, escogiendo aquellas que me parecen más interesantes y desechando las que considero que no tienen ningún valor; esto lo realizo mediante etiquetas de color que van de la verde para aquellas que voy a revelar, amarillo para una segunda revisión y rojo para todas aquellas que voy a desechar.