ALUMNOS
Velvet
A veces he imaginado, con desagrado, al retratista como una persona de carácter agresivo y despiadado, que logra confrontar a su modelo y conseguir, a través de una manipulación certera y sin escrúpulos, la rendición del personaje ante la cámara. Arianna Corral es una retratista que desafía y desvanece con éxito esa imagen de mi pensamiento.
El punto de partida de Arianna es uno de empatía hacia su sujeto. Su cámara no apunta a la otredad sino a ella misma y a sus semejantes. Su mirada medita sobre aquello que ya conoce y profundiza su conocimiento a través de la observación detenida. Es una mezcla de subjetividad personal y objetividad fotográfica, esta última ayudada por la composición frontal, la cámara en trípode, la iluminación de flash y la estrategia de la repetición.
Con la comparación sistemática de las personas en ropa de calle y vestimenta deportiva, logra evadir el estereotipo de género -que la fotografía, desgraciadamente, ayuda tantas veces a reforzar- y de esta manera enaltece a sus sujetos por lo que son: mujeres, cada una con su particular individualidad. Hacer esto significa un reto y casi una exigencia moral para una fotógrafa hoy en día, dónde la igualdad sigue sin ser una realidad en la sociedad de los tiempos que vivimos. Estos retratos invitan a entendernos y respetarnos. Arianna empieza dando el ejemplo a través de su mirada, horizontal y cómplice. Se pudiera decir que sus fotografías son el resultado de una conversación entre pares.
Una conversación que espero podamos compartir como espectadores.
Ricardo Peña.