Valena Saccone (Italia)

  Mi proyecto fotográfico está centrado en el país más grande del mundo, Rusia, el gran desconocido. Desde la Guerra Fría, Occidente siempre ha dirigido hacia la Urss una mirada sesgada y llena de prejuicios. El resultado es que los europeos, por lo general, desconocen la realidad rusa y la idiosincrasia de este pueblo. En 2011, cuando se cumplieron los 20 años del fin de la Urss, viaje por cuarta vez a este país, en esta ocasión con el objetivo de realizar un proyecto fotográfico. Durante los tres meses del verano, cruce la parte europea de Rusia, desde el Circulo Polar ¡ártico hasta el subtrópico del Cáucaso. En total, 5.000 Km. que recorrí en tren, hospedándome en casa de gente corriente, contactada a través de redes sociales como el Couchsurfing: el fin era compartir mi día a día con anónimos ciudadanos rusos, aquellas personas que rara vez tienen cara y voz en las crónicas de los corresponsales extranjeros. Mis fotografías intentan retratar un aspecto concreto de la sociedad rusa: la relación estrecha e Intima que este pueblo tiene con la naturaleza. Los rusos se escapan cada fin de semana a sus dachas para desconectar de la ciudad. Si hay un lago, río o charco, habrá un grupo de rusos chapoteando alegremente. Sin embargo, la irrupción abrupta del consumo de masas en la vida del homo sovieticus ha generado un contraste radical entre el idilio rural que buscan con ahínco en su tiempo libre, y la liturgia del consumismo, que ha pervertido esa naturaleza que tanto aman, cargando el paisaje de elementos artificiales que desvirtúan el entorno, y que alcanzan niveles de kitsch inigualables. La serie que presento es una selección del trabajo fotográfico realizado en Rusia en verano pasado. Me queda llevar a cabo la segunda parte de mi proyecto: recorrer Siberia desde la lejana Chukotka, la parte más oriental de Siberia, situada enfrente de Alaska, hasta los Urales, la puerta a Europa. Siberia representa el 76% del territorio ruso, pero tiene una densidad de población muy baja: tres personas por km. cuadrado. Su clima extremo la convierte en una región muy inhóspita. Destino tradicional del exilio ruso primero y soviético después, Siberia es un territorio enorme e inexplorado, en el que decenas de etnias conviven en una relación de amor y odio con una naturaleza agresiva y, al mismo tiempo, fascinante.