Adriana Mosquera Sarmiento

El objeto cotidiano y vulgar, confundido y diluido desde sus limites con el borde de realidades paralelas, de eventos burdos, de ideas tontas, se confirma objeto en el continuo contra _ actuar con su inmediato texto, “texto imagen” registrado como documento. Sus contornos se desdibujan y replantean en el instante mismo de la acción, de la contemplación, de la línea fina y delicada que permite su encuentro, su hallazgo, su exaltación. Es la historia del objeto mudo, involucrado y a la vez ajeno de toda historia, una persecución conciente sobre los múltiples estados de estos cuerpos de vida anónimo y desterrada, de espacios habitables de presencia corta. Cada imagen permite aprehender en su particular aventura, historias no lineales de objetos que se vislumbran texto vivo de su tragedia y su dicha, de su fortuna y su victoria, documentan la sospecha y la duda que se avecina en cada acercamiento. El texto se gesta entre el imaginario que cada objeto desde su realidad múltiple permite, su reiteración confunde y abalead el preconcepto, la idea de su existencia, abriendo paso a formas caprichosas y únicas cuya sustancia contiene tantas verdades, como sueños posible s e impalpables.