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04/01/2023 - 13:10

"SÁBADO": un ejercicio de Andrea Casaseca y Marta Díaz

Sábado noche. Una parada de autobús. Dos mujeres.

¡Qué tiemble Sorogoyen! Porque la tensión que consigue nuestra alumna y directora Andrea Casaseca con "Sábado" anuncia que en unos años pueda sorprendernos con una "As Bestas".

Hoy os mostramos esta práctica del Máster de Cine que surge de un encargo dentro de la asignatura de Creación de Estilo Visual que imparten Juan Santacruz y Mikel Bastida.

Nuestros alumnos y alumnas cuentan con la premisa de poder contar la historia que quieran moviéndose en el género de thriller psicológico (preferiblemente), dos actores/actrices, cámara en mano y siendo toda ella en un plano secuencia sin duración límite.

Andrea Casaseca llamó "SÁBADO" a esta pieza para no olvidarse de ese día... a continuación ella te explica el porqué:

"Desde un primer momento me puse a trabajar junto con mi DOP, Marta Diaz, alumna del Máster de Dirección de Fotografía, en la que barajo dos ideas principales: una en la que los personajes son una pareja de jóvenes (chico y chica) y otra que es Sábado, protagonizado por el personaje de una chica más joven, Verónica Oriente y una mujer adulta, Yala Romero. Mi DOP ve claro que la idea de personajes femeninos joven y adulta, es mucho más atractiva y puede facilitarme el jugar con la intriga del espectador de una manera más sutil que la otra; tras mucho discutirlo buenamente con ella, acepto y vamos a por esa historia en la parada del bus.

Comienza así una cuenta atrás porque teníamos ocho días para producirlo y hacer la entrega. Es cuando formamos un pequeño equipo con compañeros del máster en el que estamos Marta, yo, mi compañero de Dirección Tadej Madgic que hizo de sonidista en la pieza y una compañera como auxiliar de cámara del Máster de Dirección de Fotografía, Claudia Collados.

Lo primero que hice fue localizar una parada de bus, y aunque parece tarea fácil, no lo es, ya que generalmente las paradas de bus están en zonas de tránsito y las que están aisladas suelen ser en zonas residenciales que no nos permitían grabar. Finalmente, y tras mucho peinar casi todo el extrarradio de Madrid, damos con la parada de bus y con una fortuna contraproducente ya que hacía un día horrible otoñal así que teníamos fe de que poca gente hubiese por la calle esa noche, pero a cambio de pagar el precio del frío y la lluvia.

Paralelamente, mientras hacíamos chequeos de cámara y retocaba guion, hice un pequeño casting en el que aparecieron dos actrices maravillosas, Verónica y Yala con las que pude ensayar la tarde anterior al rodaje en las instalaciones de EFTI y donde pudimos coordinar movimientos, gestos, impresiones. Tenían muy claro que era una sola toma y había que jugársela, así que ensayamos una y otra vez hasta que la coreografía quedó perfectamente cuadrada. Íbamos un poco a ciegas ya que estábamos ensayando en un sitio que no era la localización real y no sabíamos si luego por cámara quedaría bien, pero íbamos a contrarreloj así que había que apostar por una coreografía firme de miradas, pasos y luego si hiciese falta ya ajustaríamos la narrativa in situ el día de rodaje.

Marcamos muy bien los silencios, no me importaba que por ellas que durara más, no tenía prisa porque buscaba generar esa tensión y lo bueno es que no tenía límite de tiempo, es más al principio en los ensayos me pareció que ambas cogían carrerilla y precisamente buscaba lo contrario, yo les decía “no os preocupéis que el espectador no se va a ir porque necesita saber qué asunto os traéis” y así fue, por acting están maravillosas, marcaron muy bien los silencios y conseguí que el tono de la pieza fuese pausado a la vez que incómodo y eso también fue gracias a los movimientos de cámara y trasfocos.

Fue un rodaje muy muy difícil, diría entre risas no tan risas que el peor de mi vida… porque aparte del frío y lluvia, hacer un plano secuencia tan largo y con equipo ultra reducido es muy complicado, es casi un milagro, porque todo a la vez se tiene que dar bien: sonido, acting, cámara, que nadie se cuele en plano, que todo funcione, que no haya reflejos de la parada, etc. ¿Y qué sucedió? Que falló todo lo que nos podía fallar, la tecnología no estuvo de nuestra parte esa noche, hacía tanto frío que las baterías se agotaban a una rapidez imposible, se nos rompió el mando de foco, nos falló el Teradek con lo que no teníamos monitor y cuando conseguimos en mitad de la madrugada traer otro mando de foco, ¡tampoco funcionaba! Así que Claudia tuvo que hacer foco a mano (con ¡Ópticas de cine!) y cuando ya por fin teníamos la toma buena, la grabadora de sonido se bloqueó al minuto veinte y no grabó… ARRRRG!

Y así, sucesivas veces en las que alguien se colaba en plano, entraba una moto, nos llovía, fallábamos en foco… una tras otra repitiendo tomas hasta que finalmente ¡¡¡la conseguimos!!!! Y decir que casi nos quedamos sin ella porque en la toma buena ya se escuchaba el amanecer con los pajaritos.

Eso sí, ni una sola vez repetimos por actrices, su coreografía era impecable y eso (dentro de esta mini locura) nos facilitó mucho las cosas.

A pesar de todo, fue una experiencia que no puedo recordarla sin una sonrisa en la cara porque considero que el resultado ha sido brillante, la acogida entre los compañeros y la gente que lo ha visto ha sido muy buena y eso hace que, a pesar de las adversidades, el fin justifique los medios."