Julian Schnabel inaugura en el auditorio la muestra 'Polaroids'

Julian Schnabel apareció en Avilés (Asturias) con su habitual y desenfadada indumentaria: chaqueta de pijama, pantalón de chándal, bambas y una bolsa de la compra. El Centro Niemeyer ha inaugurado su exposición de 'polaroids', 80 fotografías que ven por primera vez la luz y que muestran escenas «extremadamente personales» que transcurren en sus estudios y casas de EE UU. Principalmente, imágenes de paisajes, autorretratos y retratos de sus tres hijos -Cy, Olmo y Stella- y de amigos que son estrellas del cine, la música y las artes, como Plácido Domingo, Lou Reed, Takashi Murakami, Mickey Rourke y Christopher Walken. Schnabel sostiene que recurre al arte «para vivir el ahora porque los artistas nos hacen vivir el presente cada vez que vemos sus obras de arte». Admirador de Goya y Velázquez, el cotizado pintor argumenta que, a pesar de conocer muy bien las telas de estos dos maestros, cada vez que va al Museo del Prado «es como si fuera la primera vez». Las 'polaroids' de Schnabel están a caballo entre la pintura y la fotografía por el método y la cámara con la que se han tomado, más allá de que alguna haya sido pintada con tinta. Entre 2003 y 2008, el pintor y cineasta tomó esas fotos con una cámara de los años 70. Se trata de un artefacto «especial y particular» que alquila y que se mueve, debido a su peso, con ruedas. De ahí que los escenarios en los que ha usado la cámara hayan sido sus estudios en Long Island, Brooklyn y Manhattan o sus habitaciones en el Palazzo Chupi de Nueva York. «En las 'polaroids' hay mucha magia, se produce como una fotosíntesis», argumenta. La cámara transforma la luz en una imagen que se imprime directamente en papel fotográfico. Un proceso que invita a experimentar artísticamente. Por ello, el autor del filme 'La escafandra y la mariposa' recalca que no se considera un fotógrafo. Para Schnabel, sus 'polaroids' no son fotos al uso pero tampoco «pinturas documentales de mi vida, sino que muestran la realidad y la irrealidad que hay en ellas mismas». Formato vertical Las únicas características comunes, a nivel formal, entre las 80 instantáneas son su formato vertical y sus medidas -de 50,8 x 60,9 centímetros- porque, en general, están impresas en blanco y negro, en tonos sepia o cyan y en color. El cineasta comentó que ha usado diversos tipos de papel para la cámara Polaroid. De manera que escenas que transcurren en un mismo espacio y tiempo como, por ejemplo, su estudio Montauk en 2004, las fotos están en blanco y negro y color pero sin un criterio lógico. En realidad, no importa si las 'polaroids' fueron tomadas en blanco y negro o en color, sino si consiguen transmitir sensaciones porque el uso de la cámara es por una «necesidad», comentó el autor, quien añadió que las 'polaroids' nunca fueron tomadas «con la intención de exponerlas». Las 80 'polaroids' son en sí mismas «obras únicas» por dos características: cada foto consta de una sola copia y además, una parte de las imágenes expuestas han sido intervenidas por el artista con tinta o durante el proceso de revelado, básicamente «solarizándolas», una sobreexposición temporal del negativo.   Fuente: http://www.elnortedecastilla.es/