Del 19 al 26 de octubre de 2022 en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza: “Arte y Salud”

¿Qué pasaría si Goya, Rubens o Hans Baldung Grien levantasen la cabeza?

Pues que, seguramente, sentirían orgullo al ver el resultado de estas recreaciones.

La Maja Desnuda, Venus y Cupido, junto con su Adán y Eva, se ponen en manos de un cirujano experto en Photoshop para lograr un fin todavía mayor  que ser ellos mismos: concienciar en la lucha contra el Cáncer de Mama y abordar los vínculos entre el arte y la salud en una exposición.

Cada una de estas obras representa simbólicamente un momento de la enfermedad, que también puede ser cíclico (diagnóstico/experiencia médica – toma de decisiones – aprendizaje). Siguiendo este esquema circular, el orden de las obras sería: "Maja Desnuda", "Venus y Cupido" y "Adán y Eva".
Por eso este recorrido es capicúa: se puede empezar por el final. (ANA FOLGUERA)

El “Doctor en funciones” no podía ser otro que nuestro Jefe de Estudios y profesor de EFTI, Jorge Salgado. A continuación, respondiendo a nuestras preguntas, nos cuenta todos los detalles de la operación:

-    ¿Cómo surgió el encargo?

Por suerte, llevo ya unos cuantos años colaborando con la Fundación Cultura en Vena. Conozco a su fundador, Juan Alberto García, desde hace 15 años y, la verdad, es que todos y cada uno de los retos fotográficos que me proponen me entusiasman. En este caso, comenzamos haciendo una prueba con La Maja Desnuda de Goya y, cuando vimos los resultados, nos encantó.

-    ¿Qué sentiste como creador al enfrentarte a este proyecto?

Muchísimo respeto.

Las tres obras son sumamente importantes, grandes referentes del mundo del arte y, para mí, lo primordial era no desvirtuarlos.

En segundo lugar, que no quedara ridículo en ningún caso, es decir, que la cicatriz se integrara dentro de la imagen y, por supuesto, sirviera para el propósito de concienciación de Arte en Vena.

La verdad, ¿qué puedo decir? Que cuando vi el resultado final, a tamaño real, sobre el lienzo y con la réplica exacta del marco de la pintura original, me quedé impresionado, sin palabras, porque  el trabajo que han hecho ha sido brutal.

- ¿ Cómo lo abordaste técnicamente? 

Desde la Fundación Cultura en Vena me facilitaron muchas referencias de cicatrices de operaciones. Además, por mi parte, busqué otras muchas, e incluso tuve el privilegio de que alguna amiga que ha sufrido este tipo de operación me facilitara algunas de su caso y progreso. 

En cuanto al retoque, que evidentemente es un montaje, consiste en ir montando cicatrices por volúmenes.

También tuvimos la suerte de poder ir enseñándoselo a las personas que realmente lo han  vivido y que,  cuando lo ven, te van guiando con unos “no, mira esto no queda así”, “esto no es tan perfecto”, “no se pierde volumen”. Es decir, el acabado tan realista se debe también a este tipo de asesores.

-    ¿Te ha resultado duro trabajar con un tema tan traumático?

Realmente no. No es que ver heridas de operaciones recientes no me impactase, ni que pueda mantenerme al margen de las historias que se desgarran tras ellas; sino que, cuando me enfrento a este tipo de encargos, lo hago pensado que pueden ayudar.

Cuando intentas visibilizar un problema que afecta a tantas personas, tu esfuerzo se dirige a lograr que sea lo más realista posible, a ser respetuoso y no traicionar, sino, por el contrario, ayudar a las personas que sufren o han sufrido la enfermedad.

 Vicente López Portaña, “El pintor Francisco de Goya”. Fotomontaje: Jorge Salgado © Cultura en Vena

-  ¡Casi casi como un cirujano de verdad!

Bueno, en este caso, del ¡Photoshop!

El trabajo que hacen ellos es increíble y tengo que decir que desde la Fundación Cultura en Vena en más de una ocasión hemos contado ya con sus conocimientos para nuestras “intervenciones”. Por ejemplo, recuerdo un trabajo en el que hablábamos de operaciones estéticas de las que sólo teníamos el después, y había que reconstruir el antes; y, como es lógico, sin fotos ni referentes de imágenes: nuestras únicas descripciones venían de los médicos.

-    ¡Qué bonito y difícil! De cara a futuros alumnos y alumnas que les apetezca enfrentarse a proyectos de este tipo, ¿qué les aconsejarías?

Primero que se formen, evidentemente.

 Es un trabajo que, aunque cuando se ve el resultado parece que es una cosa que no exige mucho trabajo, lleva muchas horas de retoque, muchas horas de dedicación a la recopilación de datos y, en este caso, de pruebas de cicatrices a ver cuál encajaba mejor con la anatomía de la imagen pictórica. También de reuniones.

Se necesitan muchos conocimientos, porque no solo hay que jugar con los volúmenes, el color, la textura, el grano, sino que hay que tener en cuenta que cuando el público acuda a ver la exposición va a fijarse en el retoque. Que el manejo de las capas de Photoshop tiene que ser impecable y nunca perder la textura del cuadro y sus craquelados, fruto del paso del tiempo.

También hay que ser humilde y rodearte de buenos amigos y profesionales a los que enseñarles la imagen y decirles: “¿cómo lo ves? ¿notas algo raro? 

Yo siempre trabajo así, dejándome aconsejar, porque hay veces que uno se ciega con su trabajo. Para no caer en esto, también es bueno ver mucho retoque y nunca dejar de buscar referencias y mantenerse al día.

Pero lo dicho, lo primero es conocer bien la herramienta, nuestro “bisturí”, el resto viene añadido.

Muchas gracias por tu tiempo y tus palabras, Jorge. Sin duda ¡la operación ha sido todo un éxito!

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