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"Isla Zero": la película de 30 minutos no apta para dietas

"Isla Zero" de Lucas Ortiz
"Isla Zero" de Lucas Ortiz
"Isla Zero" de Lucas Ortiz
"Isla Zero" de Lucas Ortiz
"Isla Zero" de Lucas Ortiz
"Isla Zero" de Lucas Ortiz
"Isla Zero" de Lucas Ortiz
"Isla Zero" de Lucas Ortiz
"Isla Zero" de Lucas Ortiz
"Isla Zero" de Lucas Ortiz

"Solo espero que la gente que la vea la disfrute, se entregue a la historia y se enamore de la relación entre Zero y su nevera."

 

Nuestro alumno del Máster de Dirección y Realización en Cine y Director de esta deliciosa pieza, Lucas Ortiz, nos acerca a su última creación, "Isla Zero".

 

- Empecemos por el principio ¿cómo surgió la idea?

L.O.: “Isla Zero” es un proyecto que tiene una pre muy curiosa, porque en un inicio no iba a ser lo que queríamos rodar. Un par de meses antes, en el Máster presentamos un proyecto que se titula “Apolo Rojo”, una aventura espacial rusa planteada para ser rodada con muy pocos recursos, el problema vino cuando estalló la guerra de Ucrania, yo sentía no era el momento de rodar esa pieza y que teníamos que plantear otra pieza.

Quedaba un mes para que nos dejarán el material de rodaje y decidimos empezar de cero, por aquel entonces también estaba trabajando en el guión de una pieza mucho más compleja que giraba en torno a la comida, pero con los medios que teníamos no había opción a plantear ese guión que necesitaba mucha más fuerza de producción. Entonces busqué en el cajón de ideas pasadas.

Desde hace mucho tiempo tenía ganas de experimentar con un proyecto en el que existiera una relación entre humanos y objetos, me parece muy interesante la capacidad humana de personificar objetos y creo que nos dirigimos hacia un mundo en el que, con los sistemas de Inteligencia Artificial cada vez va a ser común ver estas personificaciones.

También me gusta mucho pensar en el alma de los objetos, personificarlos y cuidarlos como si fueran pequeños seres, yo soy diseñador industrial y director de arte entonces imagino que de ahí nace este sentimiento y fue precisamente uno de estos objetos que me regalo esta historia.

En la oficina desde hace varios meses tengo una pequeña nevera que trabaja junto a mi y que hace ruido cuando, como cualquier otra nevera, necesita regular su temperatura, pero me gusta pensar que intenta llamar mi atención, darme compañía en los días aburridos y en concreto ese día explicarme la historia que quería que contase.

A partir de ahí todo fue sencillo, escribí una primera versión del guión dónde tanto los personajes como sus diálogos eran muy difusos. Me gusta que esta primera versión no sea muy concreta, que tenga lo justo para entender la historia, pero que sean después los actores y las localizaciones las que terminen de escribirlo.

- ¡Háblanos del casting!

L.O.: Haciendo el casting de Zero, en un principio quería que fuera un persona más mayor, que viviera en una casa más grande, pero según avanzó el proceso de casting y de localización nos dimos cuenta de que la casa, por motivos económicos, no iba a poder ser la que imaginábamos y eso afectaría a la historia y al personaje de Zero.

Fue entonces cuando contacté con Ángel López-Silva, venía de trabajar con el en “Gánsters”, otro corto muy divertido en el que tanto el como Javier Calleja hicieron un trabajo espectacular, y le propuse que diera vida al personaje, tuve la suerte de que le encantó la idea y se unió sin pensarlo y comenzamos a construir el personaje en base a él.

Nos seguía faltando la localización, sabíamos lo que queríamos ya con el actor cerrado, el guión andaba por una tercera o cuarta versión. Buscábamos algo que no fuera una casa, sino que queríamos que este personaje, Zero, viviera en un espacio extraño, en una realidad futura en la que las fronteras de lo laboral y personal se han difuminado hasta el punto en el que el vive en su oficina, en su cocina.

Encontrar el espacio fue todo una aventura, realmente hasta dos semanas antes de grabar no lo encontramos. Finalmente dimos con un taller de carpintería que tenía un diminuto altillo con mucho potencial. Pintamos las paredes, construimos otras, conseguimos una cocina, llevamos algunos muebles y compramos la nevera.

Respecto a la nevera, desde el principio queríamos alejarnos del prototipo artístico de este tipo de piezas, con esos muebles futuristas en casas muy amplias de diseño frío. Queríamos que fuera algo muy material tangible que contrastará con lo tecnológico de la voz y de su software.

Entonces la nevera la compramos de segunda mano y lanzamos un casting de voces para darle vida. Aquí fue complicado encontrar una voz que nos encajase, había muchas increíbles pero siempre eran o demasiado humanas o demasiado artificiales, incluso llegamos a plantear hacerla con una voz 100% sintética.

Pero al final Marta Guillén, que es una increíble actriz, mejor directora y compañera del Máster, que me estaba ayudando en el proceso de casting y dirección de actores, me propuso que conociera a su hermana, María Guillén, que venía de hacer varios trabajos de voz en off y que tiene una voz muy especial, sin duda tenía el equilibrio perfecto entre humanidad y máquina que buscaba. Se sumó al proyecto también sin pensarlo.

Con el equipo cerrado, hicimos algunos ensayos, lecturas de guión y correcciones, en este punto también Ángel hizo muy buen trabajo adaptando los diálogos a sus expresiones nativas de México para poder hacer más orgánico todo sin perder ninguna intención. Y también agradecer a Nacho Clemente, tutor del Máster, que nos ayudó mucho a terminar de afinarlo y cerrarlo para dejarlo listo para rodar.

- ¿Nos podrías adentrar en el making of?

L.O.: ¡Claro! Un punto importante para entender como fue el rodaje, es entender que teníamos 30 páginas de guión y, aunque habíamos conseguido cuatro días de rodaje, sabíamos que iríamos muy justos de tiempo y que tendríamos que plantear una puesta en escena que nos permitiera rodar todo.

Personalmente me gusta mucho experimentar, probar y descubrir formas de superar retos, en este caso el reto principal era hacer una pieza de 30 minutos sin salir de un espacio de no más de 10 metros cuadrados. Aquí empezó el reto para Cecilia L. Bernabéu (DOP), que tenía que fotografiar la pieza, sin tener espacio ni tiempo.

El trabajo que hizo de Directora de Fotografía fue genial, trabajo todo como si fuera un decorado lo que nos permitió rodar secuencialmente siguiendo el orden de la historia. Por otro lado, tomé la decisión de rodar sin un guión técnico ni planificación, lo que volvió muy complicado tanto su trabajo como el de Raúl (1AD) pero tenía ganas de hacer una pieza más libre en ese sentido y poder ir construyendo escena a escena.

Fue entonces cuando decidimos, Cecilia, Raúl y yo, crear unas normas y un proceso de trabajo. Por un lado con Ceci establecimos un lenguaje para la cámara, ópticas y luz, por otro, Raúl (AD) se ocupó de asignar un tiempo a cada escena en base a la longitud de páginas y la complejidad que previó tenía cada una de ellas. Ese tiempo es el que nos marcaba lo que podíamos o no hacer con cada escena y poco a poco durante los cuatro días fuimos minando las 30 páginas de guión hasta rodarlo todo.

Después en la postproducción jugamos mucho en montaje y finalmente Gus y Nacho le pusieron una increíble capa sonora (Música y Diseño de sonido) para terminar de empaquetar la pieza.

De alguna forma tengo un especial cariño a la “Isla Zero” porque es la primera pieza que escribo en solitario, no por que no me guste escribir con más gente, que es algo que disfruto muchísimo y que creo que enriquece mucho las historias, sino porque sentía que esta pieza tenía que ser así.

Solo espero que la gente que la vea la disfrute, se entregue a la historia y se enamore de la relación entre Zero y su nevera.

Protagonizan: Ángel López-Silva y María Guillén
Colaboran: Alejandro Moro, Adrián de la Puente y Marta Guillén
DOP: Cecilia L. Bernabéu
Música Original: Gustavo Gill
Diseño sonido: Nacho Roca
Sonido directo: Tomás Flórez y Lalo Cosquilluela 
Jefa producción: Sofía Podetti
Ayudante producción: Carlos González
MUAH: Paula del Rio
Diseño gastronómico: Cari Carbonell
1AD: Raúl Gámez
1AC: Curro Camacho
2AC: Gloria Asla y León Casarrubios
Gaffer: Carlota Cascón
Eléctricos: Ignacio Gómez Martinho, Flavia Vila e Ignacio Divar

¡GRACIAS LUCAS Y ENHORABUENA A TODO EL EQUIPO!


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