ALUMNOS
Madriguera
Este es un pueblo rural. No está vacío. En este lugar estamos nosotros.
Apoyándome en él quiero hablar del arraigo, de las transformaciones de los espacios y nuestras conexiones con ellos.
En medio de un sistema volátil, mi generación se agarra a unas raíces que nos hagan sentir seguros, un lugar donde hay menos incertidumbre. Pero ¿qué ocurre cuando ese lugar se ve inevitablemente sometido a las transformaciones del sistema? ¿Dónde está el arraigo a un lugar si todos tus puntos de encuentro, tus escenarios favoritos, son modificados hasta dejar de resultar familiares? En un mundo donde todo transcurre y nada se queda quieto ya, ¿a qué podemos agarrarnos?
Estas imágenes hablan de esas cuestiones, pero también de muchas otras. Hablan de mí y de mis amigos, de nuestros sueños y de nuestra convivencia en un espacio al que pertenecemos, pero que a veces ya no es nuestro. De un pueblo que cambia cada día. Habla de las nuevas generaciones y su forma de afrontar lo que se escapa de sus manos. Si todo cambia, al menos quedan las personas y nuestras historias en los lugares invisibles.