Lo más profundo es la piel

Habitamos un territorio donde no somos la medida de todas las cosas, sino una especie más, en continuidad con las otras y con unas capacidades limitadas. Compartimos con el resto de animales el hecho de ser un cuerpo que siente. También ellos son conscientes de sí mismos, experimentan sus vidas de manera subjetiva y son sensibles al mundo que los rodea. ¿Debemos seguir causando daño a esos cuerpos que buscan placer, cariño, contacto y que, sobre todo, desean evitar el dolor?"

Con este proyecto propongo anular la distancia artificial que nos separa del otro, percibir los cuerpos desde una perspectiva más cercana, sensorial y táctil. Y así, invito a reflexionar sobre aquello a lo que en realidad no tenemos acceso: la experiencia subjetiva ajena.

Parte de este proyecto podrá verse en la exposición colectiva del Master Internacional de Fotografía y Gestión de Proyectos: