Marcela Barragán León (Perú)

  Culturalmente se entiende como adulta a aquella persona que tiene una serie de obligaciones, entre ellas, la de mantenerse económicamente. A pesar de que la mayoría de edad en el Perú se alcanza a los 18 años, más de la mitad de los jóvenes no deja el hogar de sus padres hasta pasados los 25 años, debido a la creciente demanda de tiempo de estudios requerida por los trabajos. Así, estos jóvenes atraviesan una etapa de transición hacia la adultez que parece prolongarse más allá de la adolescencia. En esta serie de imágenes busco representar la emoción derivada de este proceso de transformación a través de retratos a jóvenes que varían entre los 18 y 25 años. Son realizados de noche en espacios comunes dentro de sus casas. La atmósfera de las fotografías se crea a partir de la combinación de dos elementos: el retratado y su entorno. El primero mantiene una pose calmada en actitud de ensimismamiento con la mirada dirigida hacia un lugar que no podemos determinar, fuera de la toma, revelando la incertidumbre de lo que pueda estar esperando lejos del hogar paterno. Por otro lado, el espacio que si podemos ver esta sumergido en las sombras de la noche e iluminado por las luces de la calle que se cuelan por las ventanas. La casa se presenta como un lugar conocido pero inhóspito, donde solo se conoce del exterior a través de proyecciones. La unión del personaje y el interior de su hogar busca construir una sensación de espera e incertidumbre.