Olaf Martens. Exposición y reseña

Fuente y fotografías: Mundo Hispánico

 

 

El martes 10 de junio se llevó a cabo el vernissage de la exposición fotográfica “Pasiones y Obsesiones”, del fotógrafo alemán Olaf Martens, profesor del Master.

Organizada por el Centro de Producción Cultural MultipleSpacings, bajo la dirección de la comisaria venezolana-suiza, Vivian Landau, con el apoyo de la Embajada de Alemania en Berna y la asociación cultural Latin Art Forum Suiza, en su sede de la Waisenhausplatz 30, en Berna. La muestra incluye 19 fotografías, que se exhibirán hasta el 10 de agosto de 2014.

 

 

 

 

La presentación estuvo a cargo de la comisaria y crítica de arte alemana Alice Henkes, redactora de arte de los diarios Der Bund y Tages Anzeiger. Olaf Martens nació en 1963 en Halle/Saale, en la Alemania Oriental, y estudió fotografía en la Escuela Superior de Artes Visuales de Leipzig, siendo alumno de Helfried Strauss(1) y Wolfgang G. Schröter. Actualmente es profesor visitante en la Escuela Técnica de Fotografía e Imagen de Madrid. Es cofundador de la Agencia de Fotos Punctum(2) en Leipzig y a partir de los años 90 ha trabajado para un sinnúmero de campañas publicitarias y ha recibido diversos encargos de diversas redacciones. Ha publicado sus reproducciones en connotadas revistas, como Spiegel, Stern, Geo, Merian y Glamour.

Curiosamente sólo las revistas para hombres, tales como Playboy o Penthouse, no han tomado contacto con Martens, a pesar que tiene, como él mismo lo manifiesta, algo que ofrecerles, tales como largas y esbeltas piernas de mujeres tentadoras. Pero, según los voceros de estos medios, esas revistas no desean contar con esas reflexiones auto-irónicas.

Olaf Martens es una especie de director de teatro de la fotografía moderna. Él compone sus imágenes, él crea sus propios escenarios y ambientaciones, siempre atestados de detalles divertidos, con frecuencia con un opulento deseo en la intensidad del color. Encontró usuales escenarios para su obra fotográfica en Rusia, en desmantelados submarinos atómicos, en los vestuarios de cabarés, así como en palacios de los zares o en teatros. Martens nos ofrece una visión del erotismo y lo femenino mostrando su gusto por el cuerpo, producto de la fantasía sensual, la perversión, lo inimaginable y lo absurdo, mezclando, superponiendo y fusionando realidad y visión, lo objetivo y lo subjetivo, lo interno y lo externo. Sus modelos eran mujeres jóvenes de la calle, bellas y tentadoras, que viven fuera de la sociedad, chicas entradas en carnes y travestis que pululaban en lugares abandonados. Recurre también a mujeres bellas y ricas, a artistas, modelos, actoras y hasta a una Miss Germany para expresar el deseo, la estética y la ironía, el sentimiento obsesivo, voluptuoso y concupiscente de los hombres por las mujeres, a las cuales adorna con automóviles y zapatos, subrayando en sus fotografías los productos

de los creadores de la moda, al gurú del Fitness y las panties como símbolos del

fetichismo.

 

 

A primera vista, sus fotografías suscitan glamour y bling-bling. Se percibe en ellas seducción, atracción, encanto, fascinación y hechizo. Bellas modelos desnudas, apoyadas en carrocerías de automóviles, bikini-girls con figuras espléndidas inclinadas sobre la mesa de bufetes repletos, y muchachas con piernas largas y esbeltas, en pantys y portaligas, recreándose en las salas de baño. A segunda vista, el glamour y bling-bling se desvanecen y pasan a un segundo plano: el de la ironía y el distanciamiento. La carrocería de los

autos con las mujeres calatas está ahora corroída y oxidada, la honra de las bikinigirlses profusamente decadente y, en las muchachas con panties y portaligas, yace un cadáver en el piso. La fotografías de Olaf Martens son imágenes de doble fondo; recurre siempre al doble sentido, a lo ambiguo, a lo dual, al juego de la contraposición, a la dialéctica de lo contradictorio. Es usual ver a una mujer de la limpieza o mucama con un opulento oligarca ruso, mujeres gordas y flacas. Martens combina esplendor con mezquindad, belleza con locura, sexo con opresión, y autenticidad con artificialidad. Su obra ironiza y caricaturiza con la exageración y el fanatismo. Su iconografía es crítica y dinámica. La obra fotográfica de Olaf Martens nos ofrece un espectáculo circense, con todos los posibles integrantes de la fauna humana en el escenario. En una entrevista concedida en su juventud, Martens afirmaba, sin ambages ni cortapisas, que deseaba ser un director de zoológico.

Después se hizo fotógrafo y trabaja ahora documentando e informando sobre el zoológico humano. Él adora este mundo de la fauna humana y lo refleja en su obraartística.

 

Martens logra, con su elegancia inquieta y recreativa, lo más alto que un fotógrafo puede alcanzar: el que uno se mire en sus imágenes y se sorprenda.

 

Una muestra que no puede dejar de verse e imaginar algunas de sus excelentes obras en nuestro entorno.

 

Fuente y fotografías cortesía de Mundo Hispánico