David Beltrán (Colombia)

Llegamos a esta tierra sin palabras. Solo nos podemos comunicar a través de gestos, expresiones faciales y sonidos guturales.
Pronto nos vemos obligados a salir de este estado visceral. Se nos dan las palabras y se nos enseña cómo y cuándo utilizarlas: cómo preguntar, cómo responder y finalmente, cómo pensar. Vivir se convierte entonces en un proceso de acumulación hasta que descubrimos que estamos atrapados en arquetipos. Es en este momento cuando nos vemos obligados a desmontar nuestra programación en búsqueda de la verdad, a sufrir el dolor de eliminar mentiras que han moldeado nuestra identidad de la manera más íntima y profunda.
Esta búsqueda es la esencia de las fotografías de esta serie donde las preguntas y las respuestas se funden, y la búsqueda lo es todo,
El autor busca salir de la prisión de su propio diseño, se lanza a una búsqueda que lo confronta con sus límites y que abre las puertas a una nueva aprehensión del mundo.
Cada paisaje es un estado de ánimo que fija su interés en horizontes interminables que fueron dañados como la vida misma, torturados como el sentimiento humano, recorrido por una silueta anónima absorta en un espectáculo de arena y salitre, no se trata de evocar la grandeza de un personaje, sino la de la creación misma, donde el sujeto, como un cuerpo totalmente despojado, explora su identidad al fusionarse en esta infinidad de accidentes, busca ser el animal que reina en su propia verdad.